Escapada Rupit

El origen de la villa es el castillo, construido en el año 1000 sobre una gran roca (de hecho, de ahí el nombre de Rupit). Poco a poco se fue convirtiendo en el núcleo que es en estos momentos.

El momento de máximo esplendor fueron los siglos XVI y XVIII. Las casas de piedra y las calles de este periodo aún se conservan en la actualidad. Aunque muchas casas se han renovado como segundas residencias, el pueblo conserva su encanto. De hecho, me atrevo a decir que es uno de los pueblos con más encanto de Cataluña.

Desde el parking, donde se tiene que dejar el coche, el único acceso al pueblo es el puente colgante. No sufráis los que tengáis vértigo; es muy corto y sin demasiada altura. Enseguida está la calle de Fossar, donde se encuentra la "Casa de la Ferreria"; típica y fotografiada en millones de ocasiones. La iglesia parroquial de San Miquel y la ermita de Santa Magdalena acaban de dibujar este pueblo tan perfecto.

Dejarse perder, sin prisa, por las callejuelas silenciosas.

Aprovechad la visita para comprar embutidos y coca.

La visita se puede hacer en una mañana.

Sin problema.

Sin problema.