Restaurante “La Casa del Bosc”

Una casita amarilla sin demasiadas pretensiones da la bienvenida medio de perfil. Parece que no quiera mostrar todo su encanto de entrada; pero os aseguro que os acabaréis enamorando. Ningún lujo, pero su autenticidad la hace súper especial.

Dentro, una pared de madera con tres ventanas perfectamente distribuidas abren vistas hacia el Parc Natural del Montseny. Las vigas del techo encajan perfectamente con el ambiente rústico de la chimenea que hay en la entrada. El ambiente que se respira te hace sentir como en casa. Las mesas y las sillas son de madera, de las de toda la vida. Todo es muy casero. Dobles manteles al estilo clásico, un pequeño recipiente de barro con tomates y aliñadoras parece que pidan a gritos el clásico pan con tomate hecho a la brasa.

El recibimiento que hacen Teresa y Xavi no deja indiferente. Consiguen que te sientas cómodo y bien atendido a la vez.

Está abierto de miércoles a domingo siempre con reserva previa.

Tipo: cocina casera donde el core es la brasa.

• Platillo de embutidos - que bueno es el embutido cuando es bueno!
• Carpaccio de ciervo- repetiría - fue una sorpresa que me lo trajeran. No lo había probado nunca y, sinceramente, no me esperaba este plato en un sitio tan casero como éste. Me encantó!
• Trinxat - de pecado. Delicioso.
• Calçots en tempura y romesco - a pesar de que también tienen menú de calçots, los trajeron en témpura. La salsa romesco estaba deliciosa.
• Cordero a la brasa - en este tipo de platos es donde se puede apreciar la calidad del producto que sirven.

También tienen un menú de cocina de montaña al fuego de encina formado por piezas de caza con setas, judías blancas, calçots y productos de temporada.

Cero lujos y cero parafernalias. Raconet auténtico.