Escapada “Parque Nacional El Ávila”

Auténtica devoción es lo que sienten los venezolanos por "El Ávila".

Es una montaña diferente. Inmensa, de un color verde que sólo he visto en Venezuela y con una textura visual gustosa: parece una alfombra. Seria y imponente. Domina Caracas desde el norte; como si la quisiera vigilar o proteger. De hecho, es una pared natural entre el mar y la ciudad.

El Parque Nacional ocupa unos 90Km de "El Ávila" y, desde mi punto de vista, es de merecida visita. Tiene diferentes ecosistemas que hacen que haya una gran diversidad de flora y fauna. También dispone de muchos senderos para todos aquellos que seais amantes del senderismo. La cara sur, que es la que domina Caracas, está prácticamente virgen. La cara norte, desde la que hay unas vistas fantásticas al mar (si no encontráis niebla) tiene "granjas" que son restaurantes muy, muy auténticos.

Subí con el teleférico. La subida en sí ya es fantástica. Si coges asiento mirando hacia el norte, "El Ávila" se va acercando poco a poco. Si coges asiento mirando al sur, Caracas se va alejando también poco a poco.

El teleférico sube hasta arriba del todo (2.175m) desde donde se tienen unas vistas realmente maravillosas. Se tiene triple vista: la ciudad de Caracas, el valle de Tuy al fondo y el litoral con el Caribe de fondo. Coger rápidamente el camino que sale de la estación del teleférico y que lleva hacia el Hotel Humboldt para evitar la zona más turística y disfrutar de la naturaleza tal y como se merece. El camino es llano y tranquilo. Nada complicado y no muy largo. Hay pequeños miradores, sobre todo en el lado de vistas al mar, para poder hacer paradas y disfrutar de las vistas.

Recomiendo subir por la mañana, pues por la tarde a menudo sube niebla y refresca bastante el ambiente.

Es una visita obligada para todos aquellos que paséis unos días en Caracas.

La visita se puede hacer en una mañana.

Sin problema.

Sin problema.