Hotel "Les Capçades"

Este hotel es especial.

Llegué tarde después de un día de trabajo un poco movido. Iba nerviosa como si tuviera prisa, cuando, en realidad, no tenía. Claudia fue la primera que me hizo sentir que algo extraordinario había dentro de aquellas paredes. No sé cómo lo hizo, pero me bajó las revoluciones de golpe y me traspasó su pasión por el lugar en pocos minutos.

Con una tranquilidad admirable me enseñó el hotel. Comenzó la ruta en la habitación: ancha y con todas las comodidades (aire acondicionado, T.V., jacuzzi, secador...). Una de las cosas que más me gustó fue la terracita con vistas al jardín. Ver aquellas olivos (hacen su propio aceite) tan bien cuidados y el bosque de pinos de detrás me transmitió una tranquilidad sensacional.

En la misma planta de la recepción está el restaurante, que es donde se sirven las cenas y los desayunos. De las primeras hablo en el post dedicado al restaurante y de los últimos sólo puedo decir que son de escándalo con embutidos de la zona y mermeladas y aceites hechos en el mismo hotel. También hay una sala de estar que me pareció muy acogedora y desde la que se pueden observar los olivos! Debo decir, sin embargo, que el plato fuerte es, sin duda, la piscina. Fascinante! Es climatizada y está a una especie de porche donde una pared es roca y las otras dos son cristales. Tiene unas vistas fantásticas hacia el exterior.

Damos la vuelta al impecable jardín mientras esperamos a Anna. Me cuenta el profundo respeto, admiración y agradecimiento que ella tiene por el padre de Anna, el Sr. Salvador Miralles, de quien sólo dice cosas buenas.

La historia del Sr. Miralles me impresionó. Con sólo 13 años se quedó solo en el "mas" (en la montaña) con las gallinas y las ovejas mientras su familia volvía a Horta de Sant Joan para que la hermana pudiera estudiar. Dos años más tarde, el padre del Sr. Miralles decide vender los animales; cosa que provoca su enfado y decide marchar del pueblo para formarse en el mundo de la restauración en la costa catalana. Trece años más tarde, abre, con su mujer, la "Fonda Miralles" en Horta de Sant Joan (fonda-restaurante ubicada en medio del pueblo de la que haré un post en breve) y unos cuantos años más tarde, inaugura el hotel "Les Capçades "(de estilo muy diferente al anterior). Él es conocido en la comarca y más allá. Un personaje. Un señor.

Llega Anna, la gerente del hotel. Después de largo rato de charla, me acaba confesando: "mi padre es mi ídolo". No sabe ni sabrá nunca lo que me hizo sentir en ese momento.

No olvidéis hacer la visita a "Campanera". Es la vaca que oiréis a menudo desde cualquier punto del hotel. No es una vaca cualquiera. Haced una prueba: nombrad a la Campanera al Sr. Miralles y observad el efecto que causa: ojos vidriosos, sonrisa enorme y mil anécdotas.

Me quedo con lo que leí sólo entrar: "Descansar, Respirar, Sentir". No cambiéis nunca, por favor.