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Escapada Kalahari Desert


Escapada Kalahari Desert

Acceso

Accedí por carretera desde Windhoek, capital de Namibia, hasta el “Zebra Kalahari Lodge“. Tardamos más de 3 horas en recorrer 250km de distancia sin parar.



Kalahari Desert (Namibia)

Llegué a Windhoek, capital de Namibia, con un vuelo de Lufthansa desde Frankfurt. Me recogieron en el aeropuerto Hosea Kutako y fuimos por carretera hasta "Zebra Kalahari Lodge".

La carretera es maravillosa. Es una pista sin asfaltar relativamente cómoda y muy amplia. El entorno es plano y seco. Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue los nidos de pájaros gigantes que eran más grandes que los mismos árboles. Durante todo el recorrido y muy cerca de la carretera se puede ver el animal nacional: el órix. Es un antílope elegante que, definitivamente, acabé nombrando mi animal preferido del país. Antes de bajarme del coche ya me enamoré de Namibia. El color tostado me cautivó.

La entrada del "Zebra Kalahari Lodge" es fantástica. Una casita atípica y auténtica da acceso a otra carretera de arena donde pedí detener el coche para poder ver a los hormigueros gigantes que son más altos que yo! En los alrededores del camino hay ciervos preciosos de dos colores. La verdad es que me hubiera quedado en el lodge un mes entero.

Comimos rápido y nos marchamos con un todoterreno de safari. El lodge es uno de los tres logdes que están ubicados en la reserva privada "Intu Afrika". La reserva está llena de animales salvajes. Hay muchos antélopes, avestruces, jirafas, ñus, orix, zorros; pero tardamos casi dos horas en encontrar el león. Menos mal que le vi tranquilo, porque el todoterreno descapotado no me generaba ninguna tranquilidad. Impresiona verlo tan cerca.

Sólo había otro coche de otro lodge dando vueltas. Me encantó sentirme parte de ese entorno tan salvaje y virgen a la vez.

Cuando empezaba a marcharse el sol, nos llevaron a una duna de color rojo intenso. Detuvieron el coche en la parte más alta y prepararon una mesa con frutos secos, champagne (vino espumoso de Sudáfrica), cerveza y gin tonic. Me pareció un momento maravilloso. Ver la puesta de sol en ese escenario es, probablemente, uno de los momentos más especiales que he vivido. Allí solos, en ese entorno y con ese silencio... habría detenido el reloj. Siempre había leído que la luz de África es especial. Lo corroboro. Es única.

Unos veinte minutos más tarde, ya de noche y después del champagne, nos llevaron de sorpresa a otra duna donde nos habían preparado una barbacoa (de hecho, ¡la sorpresa la había preparado una de nosotros porque era su cumpleaños!). Tres mesas. La primera con mantel y cubertería de cerámica, la segunda con diferentes ensaladas y la carne que iban llevando cocinada y la tercera era la misma barbacoa. Maravilloso. Probé mi primer antílope, el orix... aquel que tanto me gustó paseando por la reserva. Muy tierno y gustoso. ¡Me encantó y me dio pena a la vez! La cena fue auténtica. Llena de emociones. También fue mi primera vez que vi salir a la luna. Volver de noche por la reserva iluminados, únicamente, por la luz de la luna y las luces del coche, ¡fue brutal!

Dormí tan feliz esa noche en el "Zebra Kalahari Lodge"! 

Por la mañana, a primera hora, contratamos una caminata con los bosquimanos, la tribu considerada la más antigua de África. Sinceramente, me llevé una pequeña decepción. Pensaba que se trataría de adentrarnos en un poblado de bosquimanos para poder ver, en primera persona, la vida de éstos nómadas cazadores y, en realidad, fue una reproducción teatralizada de la vida de sus antepasados.

Después del desayuno, salimos del lodge para ir hacia el Namib Desert. De camino paramos en el "Bagatelle Lodge" para poder ver los tan divertidos suricatas. ¡Son unos pequeños mamíferos que viven en el Kalahari Desert y que hacen mucha risa cuando se ponen de pie! ¡Fue genial poder verlos de tan cerca!

Después de dos horas y media conduciendo, B1 hasta Mariental y después C19 hasta Maltahohe, nos detuvimos en el bar "The Lily Dely" de la gasolinera de este último pueblo. Me hicieron entrar a la fuerza y, una vez dentro, me encantó. Es un lugar muy limpio en el que venden comida y bebidas. Ellas son muy amables. Comimos un plato combinado muy correcto.

Dos horas más de coche son necesarias para llegar a la zona del Namib Desert

Kalahari

Aquí cerraba la primera parte del viaje. Kalahari Desert me encantó por la autenticidad y virginidad. Casi no vi a turistas y eso ya es significativo y cautivador para mí.

Si necesitáis y/o queréis ayuda en la organización de la escapada, no dudéis en enviarme un mail!

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Duración:

Se puede estar el tiempo que uno quiera.


Niños

Sin problema.


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