Es uno de los lugares recomendado por la gente de Sevilla y que no encontrará en muchas guías de la ciudad.
Se fundó hace muchos años y ha pasado de abuelos a hijos y de hijos a nietos consiguiendo mantener la esencia de las antiguas bodegas.
Desde que se abrió, no se ha hecho ningún tipo de reforma. Dentro se puede ver las antiguas "habitaciones" de los camareros que venían del campo a trabajar durante las fiestas.
Es auténtico y muy curioso. Es el típico establecimiento sevillano de visita obligada.
Lo mejor de todo es el ambiente que se respira.
Tipo: tapas andaluzas a base de pescado fresco. Recomiendo el "pescaito frito" (que comprende a la Freiduria "La Isla") acompañado de un vino.
Valoració: 6,5Precio: Bajo. Hasta 25€
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