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Hotel “Anemi”


Hotel “Anemi”

Acceso

Se accede a la isla en ferry (yo fui desde Mykonos y tardé 04: 30h) y al hotel se llega por carretera en buen estado desde el puerto (que está muy cerca).

El mismo hotel tiene servicio de “transfer”. Si se informa de la hora del ferry, ellos te vienen a buscar al puerto. Este servicio tan típico de las islas griegas es una de las cosas que más agradecí de mi estancia en este maravilloso país.


Karavostasis 84 011 Folegandros
Islas Cícladas (Grecia)
Telf: +30 22860 41610
E-mail: reservations@anemihotels.com
Web: https://anemihotel.gr/

No había estado nunca en Folegandros. Me habían dicho que era muy virgen y, de hecho, no sabía mucho más.

La primera imagen que percibí era la de una isla "pelada". Con mucha roca y cuatro arbustos. Todo de color marrón.

Supongo que esto hizo que alucinara en el momento de entrar en el hotel. Tina me dio la bienvenida, súper amablemente, en una recepción muy acogedora y confortable. La extrema modernidad de la arquitectura y el mobiliario contrastan con el ambiente rústico de la isla.

La recepción es de color gris con sofás de color marrón y luces estridentes. Fascinante! El obsequio del agua fría con limón y pepino (que está todo el día a disposición de los clientes) me pareció muy original y sano. El espacio ya deja entrever que será una estancia muy agradable.

Me cuesta describir las habitaciones... Es el típico ejemplo de cómo dibujaría mi habitación ideal: ancha (muy ancha), de color blanco (inmaculado) y con todos los detalles cuidados. Lo único que le da un toque de color es la carpintería de las puertas de la terraza. El resto es de color blanco (incluidas las vigas del techo).

Me sorprendió mucho dos cosas. La primera, había dos "pufs" en el suelo... idea rompedora un hotel. Lo clásico y/o convencional habría sido colocar un sofá. Ellos se han atrevido a hacer algo muy diferente. Lo aplaudo. La segunda, la habitación tiene cocina. Esto es muy típico de las islas griegas. Siempre facilitan la cocina dentro de la habitación, convirtiéndola en apartamento y facilitando diferentes opciones al cliente.

Las habitaciones están distribuidas en 12 construcciones blancas, más bien cuadradas con esquinas redondeadas, que se van repartiendo de forma ordenada, por el jardín. Cada habitación tiene una pequeña terraza privada que permite disfrutar de las tranquilas noches de verano de Folegandros con cierta intimidad; incluso hay algunas habitaciones que tienen piscina privada. Todas las habitaciones disponen de wi-fi, televisión y aacc.

La piscina tiene un papel relevante en la vida del hotel. Todo gira alrededor de ella. De hecho, hay dos; pero una queda eclipsada por la otra. Desbordante y de agua salada. Regala unas vistas en el interior de la isla que son indiscutiblemente fantásticas. Alrededor de ella se sirven los desayunos (a la carta) y las cenas. Me atrevo a decir que es el único lugar de la isla donde se sirve cocina de autor.

El parking está en la parte de atrás del hotel, al que se accede cruzando las viñas que complementan la bonita zona ajardinada dentro del paraje árido.

Aunque las dimensiones de la isla son extremadamente pequeñas, recomiendo alquilar algún tipo de vehículo para el desplazamiento. El hotel facilita los trámites para que la empresa de alquiler lleve el vehículo hasta el mismo hotel y lo recoja en el destino elegido por el cliente.

No quiero terminar el post sin hablar del magnífico servicio recibido. Katerina consigue que el cliente quiera volver. Fantástico!

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