Hotel “Llevant”
AccesoAunque el hotel está en el mismo paseo de mar de Llafranc, el acceso es por la calle de atrás. No dispone de parking.
Carrer Francesc de Blanes, 4 Llafranc
Gerona (España)
Telf: (+34) 972 300 366
E-mail: info@hotel-llevant.com
Web: https://www.hotel-llevant.com/
Pocos hoteles me han sorprendido tanto como éste.
La historia del hotel se remonta al 1935, cuando Maria Gratacós ("la Blanca") fundó un restaurante con habitaciones en la bahía de Llafranc. Originalmente se llamaba "Fonda Levante" y no cambió de nombre hasta que llegó la democracia. Desde entonces, no ha dejado de dar servicio.
Es un referente en la Costa Brava. Yo había ido a su terraza del paseo en repetidas ocasiones, pero siempre antes de la reforma y nunca había entrado en el hotel. No sabéis cómo me arrepiento de no haberlo hecho antes!
Desde que lo pisé, no he dejado de recomendarlo. Sabéis que es lo que más me fascinó? La mezcla de la modernidad del lugar con el trato familiar que me dieron en todo momento. Dos cosas juntas que hacen que el lugar sea único.
El recibidor es sensacional. Me hubiera estado horas mirándolo. Moderno y frío a la vez. El techo irregular es un poco extraño y contrasta con la rectitud de las paredes. Tiene una tonalidad de color gris claro uniforme que da tranquilidad. Es un espacio con pocos muebles: cuatro taburetes de diferentes formas y unas estructuras cilíndricas plateadas, nada más. La sencillez es lo que más me cautivó.
De las habitaciones, nada de lo que escribiré hará justicia a lo que viví. Tuve la suerte de ir a una de las de arriba, las que están reformadas. Destaco tres cosas: la distribución interior, las vistas y la terraza.
La distribución de la habitación es muy sorprendente. La mayor parte del espacio se lo queda la zona de la cama, que es redonda! La habitación es tan original que el baño está integrado. La única cosa que está aislada es el wc, que está dentro de una estructura metálica que lo camufla. La ducha y la pica son visibles desde cualquier lugar de la habitación. Están delimitados por las mismas estructuras cilíndricas de la recepción.
Las vistas son brutales. Se ve la inmensidad del mar, el puerto y la cala de Llafranc. Enganché un día de lluvia, lo que también le dio encanto; pero no dudéis que volveré para poder disfrutar de las vistas con sol.
La terraza es cosa aparte. Su punto fuerte es el jacuzzi. Aquella bañera cuadrada con agua caliente me cautivó tanto que me puse antes de ir a dormir y a primera hora de la mañana. Fui en primavera. Todavía no hacía calor y entrar en ese jacuzzi caliente, con el contraste del frío de fuera y la lluvia que enganché, fue brutal!
La habitación es fascinante, tanto en el diseño como en las vistas.
El desayuno lo dan al lado del restaurante "La Blanca". Es a la carta; nada de buffet. Aparte del café y el zumo de naranja de rigor, hay pan y bollería con mantequilla, macedonia, yogur con cereales, embutidos y queso, tostada verde, english breakfast (huevos estrellados, chistorra y pisto), huevos benedict, huevos revueltos con salmón y pancakes. Yo escogí la tostada verde (con aguacate), el yogur con cereales y las pancakes. Todo delicioso e impecablemente presentado.
El hotel "Llevant" es muy especial y hace que todo el mundo pase una noche especial aquí. Genial!
Vistas
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