Restaurante “Mas Sorrer”

Hace más de 10 años que "Mas Sorrer" es un referente de las noches veraniegas del Empordà.

Una de las cosas que más me impactó cuando lo descubrí fue el camino de girasoles gigantes que te acompañaban desde el párking hasta el restaurante. Me pareció misterioso y divertido a la vez. Era como un laberinto que te impedía ver lo que había al final! Con mucha tristeza tengo que decir que la última vez que fui, los girasoles habían desaparecido.

Se ha reafirmado como espacio multicultural con diversidad de actividades muy interesantes. La programación es variante. Hay conciertos, festivales de cortos, yoga, pilates, talleres de cocina, calçotades, catas de vino, catas de cerveza... En definitiva, es un espacio muy vivo que cada día atrae a más gente.

En "Mas Sorrer" hay diferentes espacios para diferentes alternativas.

A mano derecha está la masía; completamente recubierta de hiedra y rodeada de mesitas. Ninguna mesa es igual a la de al lado y, en cambio, el conjunto de todas ellas es perfecto. Algunas están al descubierto y otras están bajo un pequeño porche. Mil detalles únicos que la hacen diferente: pequeñas macetas con plantas aromáticas, carteles retros colgados por las paredes, neveras antiguas, sofás hechos con palés, cajas antiguas de cerveza...

A mano izquierda, una construcción rojiza te hace prever que será justo allí donde la gente continúa la noche después de la cena. Y así es. Mesitas y sillas blancas, todas iguales, se reparten por el jardín. En el lateral y detrás, hay zonas con un poco más de privacidad.

El interior recuerda a un antiguo colmado. Mesas y sillas de madera, de las de toda la vida, están ubicadas debajo de las paredes abarrotadas de comida y de pizarras pintadas.

Tipo: cocina mediterránea. Son grandes defensores de la cocina de proximidad, hasta tal punto que mucho producto lo cogen de su propio huerto. Los huevos son ecológicos, la pasta es fresca y hecha por ellos, la carne es de animales criados en libertad y el pescado de la lonja... mejor imposible! Tuve la oportunidad de probar:

• Polo de sindría - Súper refrescante. Me pareció un plato muy creativo y muy adecuado para la época del año en la que lo frecuento.
• Carpaccio de calabacín y vinagreta de pesto - Sensacional. Las virutas de queso le dan el toque final. Plato sabroso y fresco. Fino.
• Ensalada de espinacas tiernas y torta del casar con pipas - Plato que repetiría. El queso es fuerte, pero lo logran suavizar con la frescura de los tomates cherry y la vinagreta. Para mí es uno de los platos estrella.
• Ceviche - Diferente a todos los que he probado. Con gusto bueno y fuerte.
• Carpaccio de bacalao con olivada - Por mí, otro plato estrella. Un clásico de la casa que le hacen soberbio.
• Gambas en tempura - Uno de los toques orientales de la noche.
• Tataki de atún - Se deshace en la boca. El atún es una de mis debilidades y éste está impecablemente tratado. Perfecto.
• Buey Black Angus ecológico - Delicioso. No puedo decir más. De nuevo, buen producto y bien cocinado.
• Puré de patata trufada - Nadie puede salir sin probarlo. Es el acompañamiento perfecto para casi todos los platos.
• Pimientos verdes dulces de Rupià - El segundo acompañamiento. Bueno, pero me quedo con el puré de patata trufado.
• Pastel de queso - Finísimo.
• Trufas - Deliciosas.

Es una "obligación" visitar "Mas Sorrer", como mínimo, una vez en verano.